Una tarde cogiéndome a mi esposa de perrito con una micro tanga que no me costo ningún trabajo hacerla a un lado

Cada vez que puedo llegar temprano del trabajo después de comer con mi esposa, la llevo a la habitación y sabe que vamos a coger, por lo cual de antemano se prepara y se pone cachonda para recibirme como debe ser. El clásico es ponerla de perrito para darle duro con mi verga por ese mono peludo que a veces tiene y otras se rasura. Con las micro tangas que se compra para complacerme y hacer que me excite, la verga se me pone dura y puedo embestirla como un toro en celo hasta que lleguemos al clímax y terminemos cansados recostados sobre la cama.